31.5.08



La libertad elegida..., ¿es libertad?




Es impresionante la manera de evolucionar que nuestro cuerpo y mente llegan a alcanzar tras el paso de los años, y la forma en la que podemos manejar nuestra vida al conocernos más a fondo.

Desde niña, mis padres me impusieron unas normas (tanto morales como de comportamiento) algo estrictas. En el momento en el que incumplía cualquiera de esas normas, había dos opciones: una era la "acción-reacción" y la otra el "discursillo" como yo la llamaba.
Este hecho de prohibirme realizar distintos actos o actividades me obligaba a elegir entre una libertad "consentida" o una "prohibida". Pero, en realidad, ¿lo que elegimos es nuestra propia libertad?

Si tenemos en cuenta que la libertad es la capacidad de poder elegir por tí mismo, entre otras muchas cosas, ¿por qué elegimos unas opciones predeterminadas?
En cambio, si esas normas y castigos impuestos de pequeña por decir palabrotas, molestar o no poner cuidado con las cosas, no hubiesen existido, ¿acaso tendría libertad? Creo que no..

Estamos constituidos de elecciones que irán marcando nuestro destino y haciendo realidad cada uno de nuestros pasos.

Sin ir más lejos yo tengo en mis manos la "libertad" de elegir un tipo determinado de bachillerato, o una carrera, pero, estas decisiones están impuestas de acuerdo con las asignaturas y mi capacidad para afrontarlas. Y tras esto, se encuentra la consecución de una nota con la que pueda acceder a la carrera que yo quiera. ¿Acaso esto es mi libertad?

En mi opinión, y no sé si la compartirán, puedo afirmar que la libertad no existe. Si no me creen, buscad, indagar, por ejemplo en los estatutos, en las leyes, donde se encuentran prohibiciones y "libertades consentidas" como yo las llamo que ni siquiera aún siendo consentidas se pueden realizar del todo.


["¿Acaso el ave es libre cuando vuela?"]


Coherencia.Incoherente*

17.5.08

¿De qué sirve?



¿De qué sirve?

A todos nos ha pasado aaquello que muchos describimos como "estar en una pompa" "en mi mundo", o "en las nubes" mientras simplemente caminamos, miramos fijamente a algo o alguien o, incluso, hablamos con otras personas. En estos momentos meditamos sobre todo y nada..

Hace unos meses, en mi rutinario ir y venir, con mi música penetrando mis tímpanos y mi acelerado paso al caminar, me ocurrió (lo cual no significa que no me pase continuamente).

Pensaba en mi vida, en todo lo ocurrido meses y años atrás, en las consecuencias que todo trae, y llegué a una clara conclusión. Me formulé una pregunta que, posiblemente, quedará marcada a fuego en mis neuronas. La cuestión era la siguiente: "¿A dónde he llegado con todo esto?".. Mi propia pregunta se respondió por si sola segundos más tarde "A nada.."

Le intenté, por todos los medios, sacar otro lado positivo al asunto, ya que mi pesimismo anda a la par conmigo. "A crecer por dentro", recapacité. Pero en realidad nada coherente se escondía tras esa frase que me he repetido constantemente y me han hecho saber a lo largo de mis días..

Fue entonces cuando miles de preguntas retóricas asaltaron mi mente y destrozaron ese equilibrio interior que, poco a poco, fui sosteniendo firmemente con el paso del tiempo.

Si nos ayudan a crecer nuestras vivencias, ¿por qué siempre cometemos los mismos errores?; ¿por qué tropezamos con la misma piedra? Sí, de acuerdo, todos somos humanos, en cambio, si damos por hecho que nuestras experiencias nos deberían enseñar a no volver a caer en el mismo error, ¿por qué continuamente estamos haciendo todo aquello que sabemos que tendrá un final sin perdiz? Es algo así como mirar dos veces antes de cruzar la carretera y acelerar el paso justo cuando el semáforo de peatones se pone en rojo y un coche circula a sus anchas.. Somos kamikazes de la vida..

Cuando quise darme cuenta de aquello que estaba recapacitando y pensando profundamente, me sorprendí ante mi gran equivocación..

Si piensas demasiado en tus actos, jamás podrás llegar a una conclusión que cierre el tema, ya que no hay una razón lógica para actuar si te guías por instintos. En el momento en el que tu subconsciente es el que te maneja, todo se pierde..

A medida que daba un paso me horrorizaba aún más, ya que en vez de caminar hacia delante, lo hacía hacia atrás. Parece ser que si quieres mirar hacia delante, hacia un futuro, lo único que haces es lo más simple, echar un vistazo a lo que ya has recorrido, y comparar.

¿Quién no ha hecho una lista de objetivos a fin de año? y..¿ quién ha logrado TODOS sus propósitos? Yo, por mi parte, no conozco a nadie..

Y es que, al fin y al cabo, me obstruye pensar de esta manera aunque, a pesar de ello, me encanta hacerlo. Todos intentamos reaccionar al pasado en un tiempo presente, enmendar fallos cometidos tan sólo se logra una vez que has aprendido a mejorarlos, no a intentar evitarlos, buscarles una solución, sino actuando como es debido. Para ello se debe razonar con sus pros y contras pero teniendo siempre PRESENTE todo lo PASADO y todo lo que está por llegar, aunque después te pase como a mí, que al pensarlo, no llegues a ninguna conclusión y opines que todas las experiencias vividas son inservibles..

Esto comienza aquí


Esto comienza aquí
Me siento con ganas, pero sin emoción por comenzar a narrar todo esto. No lo considero necesario para poder demostrar cada una de las injusticias vigentes en este mundo e, incluso, no sería ni imprescindible, aunque opino que, quizá, alguien pueda llegar a terminar de leer este relato que, ni mucho menos, guarda enseñanzas filosóficas, ni una guía de instrucciones sobre la vida. Hablo desde mi propia experiencia personal, de mi forma de ver el mundo y las percepciones contundentes que me han conseguido transmitir.
Todo esto no guarda una moraleja. No creo que nada de lo que opine aquí, enseñe algo, pero puede, que si se lee con cierto detenimiento, se pueda llegar a conslusiones contradictorias sobre nuestra forma de pensar y sentir nuestro día a día.
Disfrútenlo.
Coherencia.Incoherente*